El presidente de las cajas rurales de Castilla y León reivindica que los poderes públicos cumplan con la protección de la asociación que recoge la Constitución
La unión hace la fuerza. Es más que un dicho. Es una realidad para el equipo que conforman las cooperativas agrarias que comparten objetivos y trabajan en equipo para reivindicar lo que para el presidente de las cajas rurales de Castilla y León, Pedro García Romera, es más que una forma de vida. «Es una filosofía, es una forma de entender el trabajo y la empresa», subrayó durante su intervención en las X Jornadas de Cooperativismo Agrario. Comenzó su discurso agradeciendo el apoyo que desde sus orígenes ha brindado El Norte de Castilla al campo y recordó el valor del cooperativismo reconocido por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pedro García destacó la importancia de la cooperativas en Castilla y León y el papel que han jugado las cajas rurales con la crisis financiera, «no han necesitado un euro de dinero público o del contribuyente». Por otro lado, incidió en la importancia del relevo generacional «porque sin él, en este o cualquier otro sector no hay futuro» y puso de relieve los beneficios sociales de la pertenecer a una cooperativa. «Arraiga población y es un factor determinante para evitar la despoblación», señaló. Por este motivo, pidió a los gobiernos autonómicos que cumplan con la Carta Magna, que ya recoge la protección del cooperativismo. En este sentido, puntualizó «es el único sector económico que merece una artículo concreto de la Constitución. Así que cada uno tiene que cumplir con su obligación».
